jueves, 11 de diciembre de 2014

2: La pérdida

Ojalá haya sido alimentado; ojalá le hayan dado también un poco de amor en sus últimos días y que no pudo disfrutar antes.

Al menos tengo la certeza de que unos días antes había salido a pasear con su otro amigo, que habíian andado felices por los alrededores, le hicieron corte de pelo, le dieron agua fresca y su sweater de Santa Claus. Lo vi el jueves por última vez, respirando pesadamente y babeando; no se movía, tenía sus ojitos cerrados pero permanecía de pie... cuando se movió solamente lo vi triste y débil. Me destrozó el corazón.

El miércoles por la mañana ya no estaba.

Hoy, tampoco.

Donde quiera que esté, espero que ya no esté sufriendo; que pueda sentir el amor de una familia, que le den comida caliente y un lugarsito donde dormir, que le hayan puesto un nombre al cual responder, que no vuelva a sentir hambre ni frío ni soledad, ni mucho menos enfermedad.

Yo voy a seguir esperando que ese sweater rojo deje de estar sobre una caja de carton; espero pronto verlo cubriendo el cuerpesito de un perrito temeroso que, aunque temeroso, logró a conocer aunque fuera remotamente lo que era tener un humano para él.

Lo siento perrito... no te pude ayudar :(

miércoles, 26 de noviembre de 2014

1: El encuentro

La verdad es que esto no se trata de una historia de amor común y corriente, aunque tampoco estaré hablando de alguna perversión. Quiero compartir una historia que recién comienza a tener lugar en mi vida, sin embargo me da miedo que vaya a tener un trágico final si no actúo con rapidez para poder lograr mi cometido: adoptar un perrito.

Podría decir que lo conocí la semana pasada,, eran más o menos las 7:47 am y la mañana estaba fría y un tanto húmeda. En una pequeña explanada al lado de la plaza de toros ví un perrito negro, sucio hasta las orejas, con pelo enmarañado y hasta excremento enredado en el pelo; es negro, no se le ven los ojos porque el pelo ya se los cubre y está hecho un costal de huesos. Estaba temblando de frío, me miró un tanto asustado pero se quedó quieto, solamente con ese movimiento involuntario de sus patitas traseras... y me partió el corazón.

Estuve pensando en el perrito todo el día, preguntándome qué había sido de él, si tendría dueño o alguna fuente más o menos certera de alimento. Lamentablemente mis respuestas siempre eran negativas al analizar la situación en la que habia visto al animalillo. 

No vi al perro en 1 día, y me supuse que -en el mejor de los casos- habría seguido vagando por las calles y se había alejado del lugar.

La segunda vez que volví a ver a ese ser peludo, fue justo en el mismo lugar y a la misma hora de una mañana igual de fría (si; paso por el mismo lugar a la misma hora). Esta vez estaba parado a media calle, con el hocico pegado al pavimento como buscando algo... y de pronto se quedaba dormido, cayendo hacia adelante y despertando inmediatamente. ¿Cuántos días tendrá sin comer nada? ¿Cuántas noches hará que no duerme? Nuevamente me miró... y me gustaría decir que era una mirada amistosa, sin embargo más bien era llena de terror y de dolor, 

Llegué llorando al trabajo (y sinceramente se me siguen escapando las lágrimas al recordar la imagen) Ahí decidí que debía hacer algo por él (o ella, no sé qué es), mi conciencia no estaría tranquila si me desentendía o ignoraba el asunto.

Esa misma tarde, cuando regresaba nuevamente del trabajo a casa, lo vi cerca de un contenedor de basura, buscando algo para comer. Quise acercarme pero inmediatamente salió corriendo; la verdad es que tuve miedo de que lo atropellaran, así que me fui pensando en que pronto debía conseguir algo de comida para él... lo que fuera, y aunque fuera un poco, pero ese animal no se podía quedar más tiempo así.

Este tipo de cosas me parecen inexplicables: veo perros callejeros todos los días, pero éste me tocó el corazón. ¿Han tenido mascotas? En caso de que si, sabrán a lo que me refiero cuando les hablo de adivinar el estado de ánimo del animal con tan solo mirarlo; es algo extraño, cuando vi a ese perrito lo percibí muy triste, y sentí un gran deseo de ayudarlo. Me pregunto por cuánto habrá pasado, hace cuánto tiempo que no come hasta saciarse o que no duerme en un lugar cálido y refugiado de las corrientes de aire; es un perro pequeño, no sé si le duele algo, ni tampoco por qué está tan asustado de la gente... tiene dos patitas blancas, llenas de rastas, y una mirada increíblemente triste. A veces los perros sonríen con sus ojitos (jaja... no, no estoy loca, pero es fácil detectar cuando un perro está contento), pero este parece a punto de llorar, tan necesitado de cariño y de un hogar.

Desde entonces cargo con un kilo de croquetas en mi bolsa y le dejo algo cuando paso cerca de ahí.

Hoy lo volví a ver. Estaba hecho bolita a media banqueta, muerto de frío (la temperatura ha bajado mucho últimamente). Me acerqué a él y me arrodillé, guardé mi distancia para que no se sintiera amenazado. Me miró muy atentamente entre esos pelos que le cubren los ojos, inmóvil y pendiente de lo que hacía; comencé a arrojarle croquetas y las comió gustoso; estuve así alrededor de 20 minutos, hablándole y dándole comida para que me relacione con cosas buenas y me permita acercarme más... soy como el Principito cuando está intentando domesticar al zorro.

Ojalá pronto esté en casa :3